Al fin llegó.Cuando desde hace unos años empezamos a tener noticias de los interesantes proyectos, de los múltiples actos, de los importantes eventos de todo tipo que se preparaban en Cádiz para conmemorar el bicentenario de la primera Constitución Española, promulgada en esta ciudad el 19 de marzo de 1812 ("La Pepa"), nos preguntábamos interiormente si tendríamos la suerte (nunca se sabe) de llegar hasta el mítico "Doce" para ver a Cádiz con tantas mejoras urbanísticas, resurgida y brillante, convertida en el epicentro de un acontecimiento histórico de alcance internacional.
Y llegó el 2012. Las televisadas campanadas emitidas en la Nochevieja por el reloj del Ayuntamiento local anunciando el nuevo año, se acompañaron de vistosos fuegos de artificio que dibujaron en el cielo el cartel "Cádiz 2012".
Estamos, pues, en el comienzo de un año histórico y sugestivo. Sin duda, el año de Cádiz.
La mayoría de los proyectos urbanísticos que se anunciaron, o no se han realizado o están a medias. Pero a pesar de que no veremos en estos meses terminado el gran puente sobre la bahía, ni llegará por ahora a nuestra estación el Tren de Alta Velocidad, ni se han iniciado siquiera muchas de las obras proyectadas de remodelación urbana, no cabe duda de que ostentando este año Cádiz el título de "Capital Iberoamericana de la Cultura", siendo la sede en 2012 de la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, esperando la visita de los Reyes y de tantísimas personalidades a lo largo del año, unido a un apretado programa de actos culturales, espectáculos, congresos, exposiciones, conciertos, etc., que sí se realizarán para todos los públicos, Cádiz estará en constante ebullición cultural y vivirá momentos únicos de su historia reciente con repercusión mundial.
Aquella Constitución Española promulgada en Cádiz en 1812, que sirvió de base y modelo para las demás constituciones iberoamericanas, abrió el camino de la soberanía popular y la libertad de expresión entre otras mejoras fundamentales para el proceso democrático. Esperemos que en esta conmemoración de su bicentenario se renueven los valores que allí se plasmaron, y con el diálogo, la unidad y el poder de los que nos gobiernan podamos vivir en una democracia real y superar la profunda crisis económica que nos invade, que es hoy por hoy lo más prioritario.