sábado, 21 de enero de 2012

Como una balsa

Este mes de enero está resultando bastante atípico en cuanto al clima, ya que se viene comportando en la mayoría de sus días, como un mes primaveral.

Están sucediéndose días de cielo azul y sobre todo de mar sereno y calmoso.

Es un auténtico disfrute dar un paseo a media mañana por todo el borde marítimo de Cádiz.














(De las aguas de La Caleta no pongo esta vez fotos porque todo el año, como dice la canción, es "plata quieta").


Los surferos, que suelen disfrutar de lo lindo en esta época con el oleaje que llega a la playa de Santa María del Mar, deben estar defraudados con tantos días de calma marina que estamos teniendo en este primer mes del año. Se les ve pacientemente esperando a que el mar se ondule.


Y otros han tenido que cambiar de deporte y pasarse al Paddle Surf, esa mezcla de surf y remo que no requiere olas.




jueves, 12 de enero de 2012

Sin ningún rencor



Del último lote de libros que me ha llegado -regalos elegidos- empecé a leer por uno que sabía a ciencia cierta que me iba a enganchar desde el primer renglón, desde la primera de sus ilustraciones, y así ha sido. Lo he leído casi de corrido. "No estés eternamente enojado", escrito por nuestro paisano gaditano José Pettenghi en tono irónico y crítico, creo sinceramente que puede herir muchas sensibilidades al tratar de esa manera el serio tema de nuestras creencias religiosas, pero también creo que lleva a una conveniente reflexión. Y eso ya es muy positivo.

A mi me ha transportado irremediablemente a mi infancia, ya que esos pasajes a los que hace referencia la obra y sobre todo esas recordadísimas ilustraciones que llenaban los textos religiosos que yo manejaba en mi niñez, y que aparecen en el libro comentadas con mucho sentido del humor, constituyeron una auténtica pesadilla en mi vida, como posiblemente le sucediera a tantos otros chicos de mi generación.

Recuerdo que a mis siete u ocho años, esa consigna dominante de "Antes morir que pecar" me producía verdadera angustia. En teoría, a los niños se nos exigía tal perfección de vida y se nos atemorizaba con tan enormes castigos eternos, que mentes sensibles e impresionables como la mía estaban saturadas de confusión e insatisfacción.

Me son inolvidables las impactantes escenas que se nos mostraban del infierno, o las tremendas consecuencias de una mala confesión detalladas en ilustraciones terroríficas con culebras que salían de la boca y dragones que entraban en ella si al final callabas algún pecado, o esa desagradable figura del demonio acechándote e invitándote a "caer en la tentación" para llevarte con él, o ese ojo de Dios metido en un triángulo que siempre te estaba mirando... Cuántas veces comprobé si esto último era cierto, pero efectivamente, por más que cambiaba la posición del libro o yo me movía de un lado para otro, ese ojo siempre me miraba.

A pesar de todo lo comentado y mucho más, la generación que crecimos de aquella manera, pudimos afortunadamente recomponer con la razón nuestra existencia y llegar hasta el día de hoy en que alguno como el Sr. Pettenghi, según dice, ha disfrutado escribiendo con buen humor sus recuerdos, y otros como yo también hemos disfrutado leyéndolos sin sentir ningún rencor.

martes, 3 de enero de 2012

Un año histórico

Al fin llegó.

Cuando desde hace unos años empezamos a tener noticias de los interesantes proyectos, de los múltiples actos, de los importantes eventos de todo tipo que se preparaban en Cádiz para conmemorar el bicentenario de la primera Constitución Española, promulgada en esta ciudad el 19 de marzo de 1812 ("La Pepa"), nos preguntábamos interiormente si tendríamos la suerte (nunca se sabe) de llegar hasta el mítico "Doce" para ver a Cádiz con tantas mejoras urbanísticas, resurgida y brillante, convertida en el epicentro de un acontecimiento histórico de alcance internacional.

Y llegó el 2012. Las televisadas campanadas emitidas en la Nochevieja por el reloj del Ayuntamiento local anunciando el nuevo año, se acompañaron de vistosos fuegos de artificio que dibujaron en el cielo el cartel "Cádiz 2012".

Estamos, pues, en el comienzo de un año histórico y sugestivo. Sin duda, el año de Cádiz.

La mayoría de los proyectos urbanísticos que se anunciaron, o no se han realizado o están a medias. Pero a pesar de que no veremos en estos meses terminado el gran puente sobre la bahía, ni llegará por ahora a nuestra estación el Tren de Alta Velocidad, ni se han iniciado siquiera muchas de las obras proyectadas de remodelación urbana, no cabe duda de que ostentando este año Cádiz el título de "Capital Iberoamericana de la Cultura", siendo la sede en 2012 de la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, esperando la visita de los Reyes y de tantísimas personalidades a lo largo del año, unido a un apretado programa de actos culturales, espectáculos, congresos, exposiciones, conciertos, etc., que sí se realizarán para todos los públicos, Cádiz estará en constante ebullición cultural y vivirá momentos únicos de su historia reciente con repercusión mundial.


Aquella Constitución Española promulgada en Cádiz en 1812, que sirvió de base y modelo para las demás constituciones iberoamericanas, abrió el camino de la soberanía popular y la libertad de expresión entre otras mejoras fundamentales para el proceso democrático.

Esperemos que en esta conmemoración de su bicentenario se renueven los valores que allí se plasmaron, y con el diálogo, la unidad y el poder de los que nos gobiernan podamos vivir en una democracia real y superar la profunda crisis económica que nos invade, que es hoy por hoy lo más prioritario.