martes, 27 de diciembre de 2011

Tradiciones

Durante casi toda mi vida, siempre ha sido tradicional que en esta semana que transcurre desde la Nochebuena hasta el Fin de Año, se aparquen por un día las compras y los múltiples quehaceres y se dedique una jornada de tarde -si es con los pequeños de la familia, mejor- a callejear la ciudad engalanada con su alumbrado extraordinario y su animación festiva, para visitar algunos de los muchos Belenes instalados en diversos lugares y que no dudo en considerar auténticas obras de arte. Ese día lo viví ayer.

Son una treintena de Belenes los que se pueden visitar estos días en Cádiz. Unos catalogados de artísticos y otros de tradicionales, unos realizados por entidades y otros por particulares. Lo cierto es que merece la pena ver el derroche de ingenio y paciencia, las diversas técnicas empleadas, el valor de las figuras que los componen y los curiosos detalles que se muestran en tantas variantes que se hacen sobre el escenario de un mismo tema.

No sabría decir cual me gustó más de todos los que vi. Cada uno tiene sus valores. Vaya mi admiración para los artistas.

(Pongo una foto del Belén instalado en el Convento de Santo Domingo que tiene la particularidad de que sus figuras son de tamaño real).


Las calles comerciales del casco histórico de Cádiz rebosaban de animación con tanta gente de compras y con esos grupos musicales que las recorrían añadiendo una nota más de alegría navideña.

La Plaza de San Antonio estaba superanimada con la pista de hielo, las casetas de la Feria de Artesanía, los juegos hinchables y un llamativo y luminoso carrusel de caballitos dando vueltas y más vueltas al son de conocidos villancicos. Un disfrute para los niños que son los que verdaderamente ven mágicas estas fiestas.

La Plaza de San Juan de Dios con el Ayuntamiento desde cuyo reloj se transmitirán en directo por Canal Sur las doce campanadas que nos introducirán en el emblemático 2012, me pareció menos adornada que otros años. La crisis económica se manifiesta en ello y hay que asumirla.


Igualmente las Puertas de Tierra y la Avenida principal lucen sus adornos sin mucho énfasis ni alardes.





Sólo nos queda desear un Feliz Año 2012 para todos.

martes, 20 de diciembre de 2011

Un deseo muy repetido

Cada año por el mes de diciembre me empleo en la realización de una felicitación navideña cargada de buenos deseos para enviar a familiares y amigos, a través de una presentación en PowerPoint.

Este año va toda de azul celeste. Y también de angelitos.

Después de varios años haciendo esta misma labor en vísperas navideñas, exprimo la imaginación para no repetirme, pero no puedo prescindir de incluir a esos ingenuos personajitos alados que son mi debilidad.

(Como se ve en estas dos diapositivas).


Sea como fuere, mi mensaje navideño es el mismo deseo de siempre: Salud, Paz, Amor, Justicia, Solidaridad... y todo lo que esté en nuestras manos para conseguir una vida mejor para tanta gente que sufre y que carece de lo más elemental.



¡ FELIZ NAVIDAD PARA TODOS !

sábado, 10 de diciembre de 2011

Patos y dinosaurios











Llegaron a Cádiz hace más de un año para formar parte de una composición sobre el mundo jurásico, dentro del programa floral y paisajistico "Cádiz en Color", donde ocuparon por unos días la Plaza de la Catedral.

Acabada la exposición, parece ser que estas figuras de dinosaurios, aves y reptiles extinguidos fueron donadas a la ciudad por la empresa que las proporcionó.

Desde entonces ocupan un espacio en el Parque Genovés, concretamente en los alrededores de la cascada y lago de los patos.

Hay quienes consideran que estos plastificados dinosaurios no pegan en dicho lugar, pero otros podemos comprobar que estas figuras que sorprenden camufladas entre el arbolado o metidas en las aguas del estanque, son un atractivo añadido a dicho lugar y hacen las delicias de los pequeños.

Si ahora se los llevaran, no sólo lo sentirían los niños, que ya disfrutan con ir al "parque de los dinosaurios", sino también todos los patos del lago que tan integrados están con esas figuras que comparten sus aguas, con las que se entretienen y sobre las que dormitan plácidamente.