Me llamo Ángeles, pero no sé bien qué variadas transformaciones sufrió este nombre para que hoy todos mis amigos me conozcan por Neli.
Como este diminutivo, ya plenamente aceptado, no conduce con facilidad a mi verdadera filiación, suelo recurrir en firmas ocasionales a rodearlo de un par de personajillos alados como símbolo de mi angelical nombre.
Ésta es mi identificación:
En cuanto a mi edad, puedo decir que acumulo años llenos de experiencias y recuerdos.
Los recuerdos del pasado y las aficiones del presente son los que me motivan y animan hoy a compartir.