sábado, 8 de mayo de 2010

Los cruceros


Hace pocos días el puerto de Cádiz vivió una gran concentración de barcos de cruceros. En la misma semana fueron trece los grandes barcos de turistas que estuvieron atracados por unas horas en los muelles de la ciudad. Más de diez mil pasajeros recorrieron las calles y realizaron excursiones a otras localidades cercanas.
Yo estuve paseando por el puerto y saqué, entre otras, esas fotos que he puesto al principio.
Posteriormente ha surgido entre los comerciantes de Cádiz la polémica sobre el poco gasto que hacen los cruceristas, al menos no todo el esperado por ellos.

Yo pienso que quizás hace años el turismo de cruceros era más elitista, pero hoy este viaje entra dentro del presupuesto de un ciudadano medio que, con sus ahorritos, puede darse el gusto de vivir unos estupendos días en uno de estos fantásticos hoteles flotantes. Pero si añade el precio de las excursiones ofertadas cada día, no puede permitirse mucho derroche en cada puerto donde el barco haga escala.

Precisamente, con un grupo de amigos gaditanos, uno de los últimos viajes que he realizado ha sido en un crucero, desde Estambul a Atenas visitando estas capitales, las costas de Turquía y algunas islas griegas.

De esa "ciudad flotante" que es el barco de crucero sólo puedo hablar maravillas. Sus múltiples dependencias, salas de espectáculos, cafeterías, bares, restaurantes, salones de juegos, casino, discotecas, tiendas, talleres, biblioteca, piscinas, jacuzzis...etc, etc, además de esas terrazas y balaustradas, hacen que tengas diversión y entretenimiento todos los minutos que haya que pasar en el barco.

Nosotros elegimos un crucero de habla española y régimen de "todo incluído". Esto es importante: cualquier tipo de bebida, en cualquier lugar y a cualquier hora que la pidieras, te la servían con la mejor de las sonrisas.

Cada noche se celebraban diversos espectáculos en los diferentes salones y teatros de dos o tres plantas: ballet modernos de temática variada con orquesta en directo, cantantes, magos, humoristas... todo mientras degustábamos en nuestra mesa el cocktail elegido.
En otra sala se desarrollaban los espectáculos de las noches temáticas, como la noche prehistórica, la noche oriental, la tropical carnavalera... con disfraces, concursos y bailes amenizados por cantantes y orquestas hasta altas horas de la madrugada.
No faltó la noche de gala donde el capitán saludó personalmente y se fotografió con los casi dos mil pasajeros que íbamos en ese momento.
En el inmenso restaurante de dos pisos donde cenábamos "a la carta" había piano, orquesta y cantantes, y a veces los casi doscientos camareros hacían un espectacular desfile.
El desayuno y el almuerzo se podía hacer también de Buffet en el restaurante de la cubierta más alta, en el frontal y laterales del barco, todo acristalado y con unas vistas impresionantes. La comida era insuperable, bien presentada y con una inmensa variedad.

Por las tardes se estaba muy bien en el piano-bar donde continuamente había música en directo de cantantes, pianistas, orquesta... mientras saboreabas tu capuccino, tu sanfrancisco o tu piña colada. Daba igual lo que pidieras, todo era gratis y te lo servían con todos los detalles más exquisitos.
También se podía ir a los talleres de diversas manualidades
referentes al tema del día, como hacer flores, collares o diademas para adornarse en las fiestas de la noche, con material gratuíto. O bien a las clases de baile donde te enseñaban a bailar tangos, merengue, brasilero, danza del vientre, etc. O al taller de demostración culinaria. O a la biblioteca, o a la sala de internet. O a misa... Incluso hubo dos tardes en que una historiadora impartió conferencias sobre la cultura turca y la griega, paises que estábamos visitando.
Había gente para todo. El Casino y las salas de juegos también se veían siempre llenos. Y, sobre todo, las piscinas y jacuzzis de la cubierta superior estaban a rebosar.
Los equipos de animación procuraban que todo el mundo estuviera entretenido, y los niños, aunque había pocos por ser época escolar, tenían muchísimas y divertidas actividades.

En nuestro camarote nos dejaban cada noche "El diario de a bordo" con todo detalle sobre las actividades y excursiones del día siguiente. Aún navegando por aquellos lejanos mares, podíamos ver desde la cama los informativos de TV española.

Es obvio que de los viajes en crucero sólo puedo decir que todo el que pueda debería vivir esa fantástica experiencia.



De Turquía y Grecia ya escribiré en otro momento.

2 comentarios:

  1. ¡Qué maravilla de comentario has hecho del crucero por el Mediterráneo!.No lo había leído hasta ahora y me ha encantado. Así fue en realidad pero con lo que has escrito lo haces vivir de nuevo. Gracias por este recuerdo y ¡ sigue escribiendo de todo!. Las fotos de la Alameda son también preciosas y de un colorido inmejorable.

    ResponderEliminar
  2. Puri,gracias por tu comentario. Me gusta que digas "así fue en realidad", porque esa es la verdad.
    Ya te he oído decir que quieres repetir experiencia, y como todo el grupo opina igual, habrá que ir buscando itinerarios y fechas.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar